Brittany Maynard, joven estadounidense de 29 años y enferma de cáncer ejerció su derecho a la eutanasia y murió el pasado 1 de noviembre tras tomarse unos fármacos letales que le evitarían el sufrimiento causado por un tumor cerebral. Lo hizo en su cama, en su nueva casa de Portland, Oregón, rodeada de sus seres queridos.
El suicidio asistido es legal solo en cinco Estados del país, hecho por el que la joven de Oakland (California) tuvo que trasladarse a Oregon -donde esta práctica sí está permitida- y lanzar una campaña, que le llevó a conseguir más de 9 millones de visitas con el vídeo en donde explicaba las razones por las que quería morirse y los últimos sueños que quería hacer realidad junto a los suyos.