Es una tradición que se remonta a cientos de años, y que aún se sigue realizando en las zonas rurales de Irlanda.
Estos velatorios se celebran en la casa del fallecido, cuyo cuerpo ha sido preparado para el mismo por las mujeres de la familia, que le adecentan y visten con ropa adecuada, además de colocar un crucifijo sobre la cabeza o el pecho y un rosario entre sus manos.
El duelo comienza con llanto y lamentos de la familia que está de luto y algunos amigos del fallecido.
Los familiares y los amigos tienen la oportunidad de ver, tocar y hablar con el cadáver durante el velatorio.Algunos creen que esta tradición se originó para evitar que se enterrara a una persona que aún estaba viva. Los presentes rememoran la vida del difunto y comparten sus historias favoritas y anécdotas. La ventana más próxima al cuerpo debe permanecer abierta durante dos horas después de dos horas de iniciar el velatorio, esto es para permitir que el espíritu del muerto pueda abandonar la casa.
Los alimentos y las bebidas cumplen una función importante en un velatorio irlandés. Los deudos hacen un brindis en honor al difunto, recordando los mejores acontecimientos de su vida, al mismo tiempo que consuelan a la familia.
La oración del rosario señala el final del velatorio. Un miembro de la familia o el líder de la comunidad comienza recitando las oraciones de apertura del rosario, y luego se unen los demás deudos hasta que todas las oraciones son rezadas. El líder de las oraciones puede incluir un rosario especial para los muertos y otras oraciones especiales para que los deudos se despidan y regresen a casa. Al día siguiente por la mañana, los deudos acompañan el cuerpo a la iglesia o al cementerio. Una vez que el cuerpo es bajado a la tierra, los asistentes vuelven a casa para compartir más comida y bebida con sus familiares.