Helen, originaria de Nashport, Ohio, murió a los 92 años el pasado 12 de abril, y su marido, Kenneth, de 91, dejó de vivir a la mañana siguiente.
Tres años de noviazgo los convencieron que quería estar juntos para siempre, y fingiendo un viaje a Kentucky se escaparon para casarse a escondidas de sus padres un 20 de febrero de 1944.
Kenneth trabajó como operador de ferrocarriles y mecánico antes de convertirse en empleado de la oficina de correos de Nashport, mientras que su esposa se quedó en casa para criar a sus 8 hijos.
Cuando él se jubiló y todos sus hijos abandonaron el nido esta pareja decidió viajar y conocer la mayoría de los estados de los Estados Unidos en un largo viaje por autobús.
Aunque en los últimos años la salud de ambos se había deteriorado, cada uno había tratado de mantenerse fuerte para el otro.
A causa de los achaques de su avanzada edad, hace 3 semanas Helen comenzó a lentamente deteriorarse, presagiando el final. Pero aún así siguió cuidando de su esposo, que se encontraba en silla de ruedas.
Cuando Helen fue finalmente internada, su esposo apenas pudo limitarse a sostener su mano.
Diéciseis horas después del fallecimiento de su esposa, Kenneth partió en búsqueda de su compañera, rodeado de su familia y amigos cercanos.