Pocos días después del 24 de marzo de 2006, fecha en la que falleció su dueño, “Capitán”, un perro mestizo decidió abandonar la casa donde vivía, en la ciudad cordobesa de Villa Carlos Paz. El perro que él había llevado al hogar como una sorpresa para su hijo, se fue sin rumbo cierto ante la inaceptable ausencia de su amo.
Nadie aún se explica cómo, si Miguel, su dueño, murió en el hospital de Carlos Paz y su cuerpo fue trasladado desde allí a una casa velatoria, muy lejos de su vivienda, el perro supo dónde descansaban los restos de su dueño. Según el relato de la familia, ni ese día ni ningún otro el perro los siguió hasta el cementerio.
Sus dueños pensaron que el perro había muerto, pero en una visita al cementerio descubrieron que allí estaba “Capitán”, y aunque intentaron llevarlo a casa, el perro se resistió, quedándose en el cementerio.
Las personas que trabajan cerca del cementerio confirman la historia, y el director del mismo incluso afirma que, a las seis de la tarde, se acuesta frente a esa tumba.
Toda una historia de amor y fidelidad.
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