Una funeraria del estado norteamericano de Michigan, The Paradise Funeral Chapel, está dispuesta a revolucionar la idea que se tiene de una capilla ardiente.
Aunque se ofrezca como una alternativa «rápida» para velar a los difuntos, su creador puso en marcha este peculiar servicio cuando una anciana no pudo acceder al local para despedirse de su esposo, también está pensado para evitar un mal momento a aquellas personas que no les gustan esas situaciones. Los fallecidos de las familias que solicitan este servicio son ubicados tras un ventanal situado en la parte trasera de la funeraria, siempre que no se esté llevando a cabo el velatorio en el interior. Los visitantes podrán ver el ataúd y mostrar las condolencias a la familia desde el vehículo, sin tener que abandonarlo.
Eso sí, este sistema de despedida solo permite estar en la ventanilla durante tres minutos y luego hay que abandonar el lugar. Todo está automatizado: las cortinas se abren para ver el ataúd. Un servicio que por el momento es gratuito y que es opcional.
Para aquellos que lo tengan todavía más difícil a la hora de acudir al velatorio de su familiar o amigo, la funeraria ofrece también un servicio de «video streaming», mediante el cual se puede seguir el funeral en directo a través del ordenador o del teléfono.