Un niño de dos años, que era velado en una pequeña localidad del empobrecido norte de Brasil, despertó y pidió un vaso de agua a sus sorprendidos padres, antes de morir nuevamente camino al hospital, según ha informado la prensa local.
“Fue una mezcla de espanto, oraciones, agradecimientos, lágrimas y desmayos”, escribió el local Diario de Pará, el estado del norte de Brasil donde vivía el pequeño. Según las versiones de prensa, el niño había comenzado a moverse en su caja durante el velatorio, logró sentarse en el ataud y hasta escupió un poco de algodón que tenía en la boca.
El niño fue declarado muerto el viernes a las 19:40 por los facultativos del hospital de Belem, en Brasil. Los médicos escribieron en las causas de la muerte: insuficiencia respiratoria, deshidratación y neumonía. La familia corrió con el pequeño hasta el mismo hospital donde 24 horas antes lo habían declarado muerto y allí después de examinarlo confirmaron que no tenía signos vitales.
Ahora, la familia del pequeño considera que su hijo fue víctima de una negligencia médica y ha denunciado lo ocurrido ante la policía que ha abierto una investigación para esclarecer el asunto.