Este negocio ilegal en el país ha llevado a muchas familias a abandonar
sus rituales tradicionales. La razón de esta práctica es la antigua
creencia de que los huesos, al entrar en contacto con determinadas
sustancias, producen bebidas milagrosas, que aseguran una vida exitosa.
El tráfico de esqueletos ha llevado a la aparición de redes criminales, que resulta difícil de combatir.
Uno de los episodios ocurrió por última vez a finales de agosto, cuando
varios agentes de policía detuvieron a dos personas implicadas en la
venta del cuerpo de un joven de 26 años cuyo tío no podía pagar un
entierro digno, que le llevó a ofrecer su cuerpo.