Después de pasadas dos semanas de su muerte, ningún cementerio quiere acoger el cuerpo del sospechoso del atentado de Boston.
La familia se enfrenta al problema de dónde sepultarlo, después de que varios cementerios del estado de Massachusetts se negaron a aceptar los restos, y que según las leyes islámicas el cuerpo de un musulmán no puede ser cremado.
El director de la funeraria que acogió el cuerpo del fallecido se lamenta de las críticas que está recibiendo por haber aceptado el cuerpo del sospechoso y está buscando que las autoridades del estado intervengan. Cree que los problemas se acabarían si el cuerpo se trasladase a Rusia.
El tío del fallecido quiere enterrarlo en la ciudad de Cambridge, localidad en la que vivió. Pero los cementerios se oponen por temor a que la tumba se convierta en un sitio de peregrinaje de extremistas o sea objeto de ataques por un público enardecido por el atentado.
El director de la funeraria teme que la situación se convierta en un asunto de seguridad pública y ha pedido a las autoridades del gobierno estatal que intervengan. Las autoridades locales han preferido quedarse al margen, aduciendo que se trata de una cuestión familiar.
Según expertos americanos en el tema, en este país hay muchas reglas relacionadas a la propiedad del individuo, leyes que definen que hacer y tribunales que emiten sus fallos.Cuando hay un cuerpo, no hay nadie con atribuciones legales para decidir qué hacer con éste. Lo que se tiene son prácticas que se siguen, como la de la familia que está obligada a deshacerse del cuerpo.Pero, cuando se presenta una disputa, no hay guías legales.