Los ingleses que trabajaron desde el siglo XIX en las minas de Riotinto no solo dejaron un legado de material minero o deportivo, también un cementerio que ha permanecido olvidado desde hace décadas.
El abandono del camposanto es tal que, a pesar de estar reconocido por la Junta de Andalucía como Bien de Interés Cultural desde 2005, son muchos los lugareños que no lo conocen, e incluso es difícil encontrarlo en medio de la maleza que el paso de los años ha formado en torno a las tumbas y muros.
Para intentar acabar con ese abandono, el Ayuntamiento ha iniciado las labores de restauración, consciente de la importancia de ese vestigio de la presencia británica en las minas de la zona en el siglo XIX, y una vez restaurado se incluirá en una ruta sobre la presencia anglosajona en suelo andaluz.
En una primera fase se acometerá la limpieza del perímetro y del interior para acceder, y en la segunda se realizará una recogida de datos de cómo era el cementerio en su origen y cómo debería seguir siendo.