Heriberto Lazcano, alias ‘El Lazca’, líder Los Zetas, fue abatido en un enfrentamiento con militares mexicanos en el golpe más duro asestado al narcotráfico por el gobierno de Felipe Calderón, pero poco después su cadáver fue robado de una funeraria.
El cuerpo fue trasladado a una funeraria de Sabines, para practicar la necropsia de ley, donde tomaron fotos y huellas digitales, con el fin de cruzar la información con el banco de datos de la autoridad federal, así como determinar la causa de su muerte.
Con posterioridad, dicha funeraria fue asaltada por un comando fuertemente armado, que después de someter personal , sustrajo el cuerpo de las instalaciones.
Los Zetas, fundado por desertores de un grupo de elite del ejército mexicano, es el cartel más sanguinario del país, que en los últimos años se extendió hacia la frontera noreste con Estados Unidos, y a lo largo del Golfo de México hasta Guatemala
Lazcano era uno de los narcotraficantes más buscados por el gobierno de México, que ofrecía una recompensa de 2,6 millones de dólares por su captura, mientras que Washington agregó 5 millones más.
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