Las muertes por SIDA han registrado un importante retroceso, pasando de 2,2 millones de fallecidos en 2005, cuando se registró el pico más alto de defunciones, hasta 1,7 millones en 2011.
Un descenso histórico, según la agencia las Naciones Unidas sobre el SIDA, al que hay que añadir otro avance en la lucha contra la pandemia en el mundo: en los últimos dos años, el número de personas con acceso a tratamientos antirretrovirales ha aumentado en un 63%.
Sin embargo, las cifras de la pandemia siguen siendo alarmantes: se calcula que en 2011 un total de 34 millones de personas eran portadoras del VIH. Ese año hubo 2,5 millones de nuevos infectados, un 20% menos que en 2001. A pesar de todo, los nuevos contagios se están reduciendo: en 25 países de ingresos bajos y medios, la mitad de ellos en el África subsahariana –la región más afectada por el VIH–, se ha logrado una reducción de más del 50% en los casos de nuevas infecciones por el virus. En la actualidad, 8 millones de personas reciben tratamientos antirretrovirales.
Prevención y más medios
No todo está hecho y queda un largo camino. La agencia de la ONU estima que alrededor de 6,8 millones de personas no tienen acceso a ningún tipo de tratamiento. Además, cuatro millones de parejas conviven con el VIH y no toman precauciones para no contagiar a su cónyuge.
Para evitar posibles contagios, Onusida propone algunas medidas, entre ellas mejorar las tasas de retención de tratamiento del VIH, reducir su coste y explorar nuevas formas para mantener el acceso al tratamiento; además de la circuncisión masculina voluntaria.