La cantidad de habitantes en las principales ciudades del mundo continúa en aumento. Esto no solo crea un problema habitacional para los ciudadanos, sino que también trae inconvenientes a los difuntos.
Para esto y en futuro no muy lejano, existen proyectos para que los nuevos cementerios sean en enormes rascacielos abiertos y con jardines, a los cuales pueden agregárseles más pisos según aumente la población de individuos fallecidos.
Esta idea fue propuesta por el por el estudiante de arquitectura Martin McSherry en el marco de la Conferencia de cementerios y funerarias nórdicos, en Noruega. Para este aspirante de arquitecto, el concepto de rascacielos cementerio no sólo permite ahorrar espacio, sino que es un homenaje creciente y permanente a la población fallecida de la ciudad (en este caso Oslo). La idea no ha estado exenta de polémica. Hay quienes la defienden con pasión, y no faltan las voces a las que les horroriza la idea de una necrópolis vertical que crece en altura.
Sin embargo, la idea de McSherry no es nueva ya que en Santos, Brasil, existen este tipo de cementerios, además de que en muchas ciudades de la antigüedad, se ubicaban en colinas que eran visibles desde muchos puntos de la población.
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