En Corea del Sur, las autoridades han detectado miles de pídoras cuyo contenido es carne humana, más concretamente carne convertida en polvo, procedente de restos de fetos y recién nacidos, y a las que se atribuyen propiedades curativas.
Las pídoras, procedentes del noroeste de China, fueron introducidas de contrabando, y según personal de Aduanas, se han descubierto 35 intentos de contrabando desde agosto, cerca de 17.450 cápsulas presentadas como suplementos para aumentar el vigor, y que es creencia popular que son una panacea para numerosas enfermedades.
Sus consumidores eran coreanos étnicos del noreste de China que ahora viven en Corea del Sur y chinos-coreanos.
Los análisis realizados por las autoridades detectaron que el contenido de estas píldoras era muy pernicioso para la salud, por contener bacterias muy resistentes y dañinas.
Las pastillas se intentaban introducir en el país camufladas en envases de otras medicinas legales, además de por otros métodos “tradicionales”, como los empleados por los traficantes de droga, como dobles fondos o escondrijos en los equipajes de los viajeros.