MURIÓ POR EL DOBLE 3
La pasión da vida, pero también da infartos. Son muchas las historias de muerte en partidos de fútbol, pero hay un juego, que tiene millones de seguidores en Latinoamérica. En Cuba se juega la variante de dominó más compleja con 55 fichas, repartidas a 10 para cada jugador, 40 en total, el resto descansa. La ficha más grande es el doble 9, llamada la Caja del Muerto.
Murió con la última ficha.
Juana Marín era una adicta al dominó. Ese día se había levantado con la ilusión de jugar sus partidas habituales.
Juana iba ganando con su pareja en la primera ronda, el juego sólo terminaría cuando una de las dos parejas llegase a los 100 puntos. Juana y su pareja en la segunda ronda habían llegado a 99 puntos. En la tercera ronda se reparten las fichas. Por su cuentas sabe que uno de los contrincantes tiene fichas importantes. Llega el último turno, está segura que ganará, tiene el doble 3, necesita solo un punto para ganar.
Su pareja de juego coloca el tres blanco. Si nadie tiene un tres ella ganaría. Pero en ese momento su contrincante pone su última ficha. Juana se levanta, se agarra el pecho, se queda sin aire y cae como una piedra hacia el suelo. Acaba de morir Juana Marín, con su doble 3 en la mano.
Esta muerte fue tan conocida en Cuba que en su tumba de mármol le pusieron una gigante ficha del doble 3, en memoria de su amor y pasión por el dominó.