Cada vez hay más gente dispuesta a convertir un fallecimiento –muchas veces
repentino y difícil de superar– en una nueva oportunidad para alguien anónimo. De ahí que para este 2011 las mejores expectativas se están haciendo realidad , según se ha manifestado en el Día del Donante de Órganos.
Se recomienda, que para evitar situaciones de tensión en el momento del fallecimiento, que es mejor que el donante deje claro, en vida su voluntad de ser donante. En
demasiadas ocasiones los familiares de un fallecido desconocían su voluntad
sobre si quería o no donar sus órganos, y ese desconocimiento puede traducirse
en la pérdida de la oportunidad de mantenerse con vida para otras personas.
Ser portador de la tarjeta de donante permite a médicos y familiares estar
informado de la voluntad del fallecido, pero esta tarjeta no es decisiva. Según
la normativa vigente la tarjeta de donante es una intención que debe ser
corroborada por la familia, porque esta es la que finalmente concede o no el
permiso.
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