Conseguir cultivar la sangre de forma artificial es un viejo sueño de la medicina, que el investigador japonés Koji Eto, parece tener al alcance de la mano.
Ayer expuso en Madrid los últimos avances en este camino para parece tener la meta a la vista.
Según el investigador para aplicarlo por primera vez en donantes sanos tendrán que pasar tres o cuatro años más, pero para un número mayor de pacientes, ya en ensayos clínicos, habrá que esperar 10 años”.
De momento, el japonés ha obtenido plaquetas funcionales en investigación animal. Este componente de la sangre es esencial en transfusiones y no se puede ser, ni congelado, ni almacenado durante más de una semana. El siguiente paso serán los glóbulos rojos, pero Eto reconoce que de eso están más lejos.
Esta sangre artificial, además de para transfusiones, podría ayudar mucho en la investigación de enfermedades raras.