Los niños que hacen, al menos, una hora de ejercicio físico al día aprenden más y son más felices, según la Asociación Española de Pediatría.
Una actividad física adecuada se relaciona con un mejor rendimiento escolar y con un mejor estado anímico de los niños. Se destaca que la práctica deportiva mejora la calidad de vida de los menores, ya sea en actividades extraescolares, paseos en familia al aire libre… así como la importancia de los tiempos de sueño de los menores, que deben dormir entre nueve y once horas.
Está demostrado que una correcta higiene del sueño favorece el aprendizaje, la asimilación de experiencias y el crecimiento, por lo que hay que acostumbrar a los niños a la rutina del sueño escolar lo antes posible.