Misticismo y presencia de espíritus que guían el alma del difunto, forman parte de la tradición Goldi, un pueblo siberiano que hace del rito de la partida al más allá una ceremonia en la que el chamán es el guía en este paso es fundamental, para que el alma del difunto llegue al otro paralelo.
Para esta tribu siberiana, el paso a la vida eterna está precedida por dos importantes rituales en los que las vestimentas, la comida y la presencia de los familiares del fallecido son muy importantes.
La primera ceremonia
Al morir un integrante del pueblo goldi, el chamán encabeza la ceremonia “Nimgam”, que se efectúa de la primera a octava semana después del fallecimiento. En esta ceremonia destaca, sobre todo, su vestimenta, realizada con pieles de animales y pinturas exóticas en el rostro, y que se lleva a cabo en la choza del muerto precedida por el sonido de tambores. El objeto del sonido es capturar el alma del muerto en una bolsa llamada “Fanya”. El proceso puede durar varias horas y cuando termina los familiares ofrecen un apetitoso banquete como celebración.
La segunda ceremonia
Días después, se realiza la ceremonia conocida como “Kazatauri”, que comienza del mismo modo, con el sonido de los tambores acompañado de bailes y relatos del chamán acerca de lo que el alma del difunto encontrará en su camino hacia el otro mundo.
De nuevo se celebra un banquete, hasta que al amanecer las mujeres traen a la choza una cuna en donde es depositado el “Fanya”.Al ponerse el día el chaman se viste y pinta nuevamente, ya que será el guía de esa alma por el camino hacia la muerte.
El camino por sus relatos no es fácil, obstáculos naturales y espirituales llegan a su encuentro, el cual culmina con su entrada al mundo inferior, en donde los muertos salen a su encuentro.