Dos estudios publicados de forma simultánea en las revistas Nature y Science, afirman que los restos del ADN Neandertal en los humanos modernos son los responsables de muchas enfermedades actuales.
La herencia de nuestros antepasados, que se mantiene hasta un 20% en nuestro código genético, es la culpable del síndrome de Crohn, así como otros aspectos relacionados con la adaptación al medio. Si a veces resulta curioso cómo nos parecemos a nuestros padres, tíos o abuelos, lo que sí es de verdad fascinante es la cantidad de cosas que arrastramos de nuestros antepasado.
En este caso, dos estudios revelan que las enfermedades actuales han sido heredadas de los Neandertales, que vivieron hace más de 5.000 años, y que al procrear con los ancestros de los humanos modernos dejaron rastros de su material genético. Uno de los estudios revela que “la cantidad acumulada del genoma neandertal que persiste a través de todos los seres humanos es el 20%”, suficiente para decir que hay mucho de ellos en nosotros. Uno de los estudios, que ha sido dirigido por los genetistas de la Escuela de Medicina de Harvard y publicado en Nature, explica que “el material genético heredado de los neandertales ha ayudado al ser humano moderno a adaptarse, por ejemplo con genes relacionados con la piel, pero también está implicado en enfermedades como la diabetes tipo 2, la enfermedad de Crohn, el lupus y la cirrosis biliar”. El otro artículo, que es de la Universidad de Washington y que se ha publicado en la revista Science, “ha estudiado con detalle cuántos de estos segmentos de ADN han sobrevivido”, dice la agencia SINC. Tras determinar el porcentaje de ADN heredado, “ahora que se puede estimar la probabilidad de que una variante genética particular haya surgido de los neandertales, podemos empezar a entender cómo nos afecta el ADN heredado”, declara David Reich, profesor de genética en la Escuela de Medicina de Harvard. El equipo midió cómo afecta a la producción de queratina y al riesgo de padecer ciertas enfermedades el ADN neandertal presente en los genomas humanos de hoy día, y aseguran que “la ascendencia neandertal se incrementa en aquellos genes que afectan a los filamentos de queratina”. “Esta proteína fibrosa influye en la dureza de la piel, el cabello y las uñas, y puede ser beneficiosa en entornos fríos, proporcionando un aislamiento más grueso”, explica el científico americano.
Para realizar el estudio –en el que según la agencia SINC también está implicado Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania– se analizaron variantes genéticas en 846 personas de origen no africano, 176 personas procedentes de África subsahariana, y un neandertal de hace 50.000 años.