Un fenómeno curioso y sorprendente ocurre en el pueblo de San Bernardo, en el departamento de Cundinamarca en Colombia; sus muertos, que están enterrados en el cementerio, aparecen momificados de manera natural.
Sin una explicación clara sobre dicho proceso, éste pueblo frío y montañoso ubicado a dos horas de la capital, Bogotá, se ha convertido en un lugar de interés por sus momias, pues guarece en él un extraño tesoro. Muchos de los muertos que entierran aparecen años después en un estado perfecto, con piel y ropas, algunos tienen pelos y uñas.
Cuando los cuerpos son enterrados, las familias deben esperar 10 años para que puedan ser exhumados y estos sucesos vienen ocurriendo desde 1957, cuando se hallaron los primeros muertos momificados.
Un museo en el pueblo exhibe algunas de las momias que han sido encontradas en este estado y nadie las ha reclamado u otras, a quienes se les conoce con nombre y apellido, porque han sido cedidas por sus familiares y son fieles testigos de tales sucesos, al ser visitado por curiosos y turistas.
Aunque no existe alguna explicación, los lugareños dicen que se debe a los hábitos alimenticios de un pueblo con gran variedad de verduras como la huatila o chayote, que tiene propiedades regenerativas. Otros aluden a la composición de la tierra o a la posición estratégica del nuevo cementerio, en donde los muertos no son enterrados bajo tierra sino en fosas.
Lo cierto es que hasta hoy nadie ha dado una explicación científica sobre el fenómeno y San Bernardo vuelve a estar en los mapas de interés en el mundo gracias a sus muertos