La morgue de St. Dennistoun es un ingenio mecánico que en su día funcionaba con monedas. Protagonizado por autómatas, muy populares a principios del siglo XX, el invento fue creado por John Dennison, un artesano inglés de Leeds que se especializó en este tipo de artilugios entre 1875 y 1924. Cuando se retiró, sus hijas continuaron con el negocio durante veinte años más. Tenían una concesión de máquinas de entretenimiento en la Torre de Blackpool, en la ciudad inglesa de Lancashire, un reclamo turístico inspirado en la Torre Eiffel y rodeada de atracciones.
La morgue de St Dennistoun
En la sala de la morgue hay cinco camillas sobre las que han colocado los cadáveres de las víctimas, una tiene un cuchillo a su lado; otra, con el rostro en tensión, tiene el brazo flexionado por el rígor mortis. La escena, de una truculencia inusual para tratarse de un divertimento, es seguramente producto de la curiosidad enfermiza que siempre han producido los crímenes, una especie de antecesor de CSI.
La morgue automática de Denisson fue subastada hace unos días en Estados Unidos, en la ciudad de Marlborough (Massachusetts). El precio estimado de la pieza era de entre 4.000 y 6.000 dólares (3.189 y 4.784 euros, aproximadamente) y alcanzó los 13.035 (unos 10.400 euros). El mecanismo que atrajo los peniques de los ingleses deseosos de ver en movimiento el escenario lúgubre sigue cautivando a las mentes actuales, provocando una curiosidad por las visiones macabras a las que se añade el carácter tétrico de un objeto antiguo.