En Urbania, un pequeño pueblo de Italia, la iglesia es visitada por un por un motivo de la más macabro.
En esta iglesia, de fachada barroca, construida en el siglo XIV, se exhiben momias, en una vitrinas abiertas al público en el interior de una sala.
Son dieciocho momias, que se sitúan detrás del altar, desde 1833. Su particularidad reside en que los cuerpos han sido momificados por un proceso completamente natural. Perece que se trata de un tipo de moho, que se encuentra en la iglesia, el que ha ido absorbiendo la humedad de los cuerpos, y los ha ido momificando poco a poco.
Dice la Historia, que la Hermandad de la Buena Muerte, creada hace más de 400 años, fue la encargada de disponer los cuerpos, tal y como aparecen en la actualidad. Su objetivo era el de dar un entierro gratuito y digno a los fallecidos sin recursos, para a la vez poder hacer un recuento de las muertes del lugar.