Los escalvos africanos que perecieron en los trayectos a América han sido homenajeados por líderes religiosos, en Brasil, con cánticos en idioma africano, en el lugar donde fueron encontrados los restos de decenas de miles de esclavos que murieron poco después de llegar al continente americano en su aterradora travesía transatlántica.
Ha sido una larga historia para los dueños de la vivienda y todos los que buscan dar reconocimiento a la trágica trayectoria de los negros en Brasil.
En este caso, los restos fueron descubiertos por casualidad, cuando una pareja compró la propiedad en 1996 y comenzó a remodelarla. En los años siguientes, los restos óseos fueron arrojados en fosas, ya sea por los obreros de construcción o por académicos. Hoy en día, un visitante puede mirar el subsuelo a través de pirámides de vidrio, y observar los restos de unos 20.000 hombres, mujeres y niños inhumados allí.
La mayoría de los esclavos eran Bantu, una etnia que habitaba el sur y centro de Africa. Tenían una creencia común: que si sus restos no eran enterrados dignamente, no podrían reencontrarse con sus antepasados, dijo el académico Julio César Medeiros Pereira, autor de un libro sobre ese cementerio.
Los propietarios de la casa, Ana de la Merced Guimaraes y su esposo Petrucio, han sido claves para animar las investigaciones y atraer la atención pública al hallazgo. Sus esfuerzos se han financiado mayormente con fondos propios y la ayuda de allegados. Merced Guimaraes además ha abierto la puerta de su casa a visitantes y ha organizado eventos como por ejemplo para el 13 de mayo, día en que Brasil conmemora la abolición de la esclavitud.