Un hombre adicto al consumo de refrescos de cola ha fallecido tras beber hasta la muerte, después de haber ingerido líquidos hasta provocar que sus pulmones se encharcasen hasta tener cuatro veces su peso normal.
Paul Inman, de 30 años de edad, afectado por el síndrome de Asperger, fue encontrado sin vida por un trabajador social, en su apartamento situado en la localidad de Haworth, en Yorkshire,Reino Unido. Según han relatado sus personas más cercanas, tenía la costumbre de ingerir por lo menos tres litros de refresco, además de varios vasos de agua con los que intentaba saciar su «sed aparente».
La policía, que ha investigado el caso, no ha descubierto otro tipo de circunstancias estrañas más allá de la ingesta obsesiva de líquidos. El cadáver fue encontrado en la cama, boca abajo, y con las gafas puestas. Han constatado que solía acudir a una tienda por lo menos tres veces al día a comprar refrescos. La noche anterior las personas que lo conocían le vieron acceder a su apartamento con normalidad. El fallecido también solía dar paseos obsesivos durante horas. A los 17 años había sido diagnosticado de esquizofrenia.
Pero este no es un caso único. Hace unos meses, Natasha Harris, de Invercargill, Nueva Zelanda, murió a los 30 años. Inmediatamente su familia sospechó que la causa de su muerte estaba relacionada a su adicción por la Coca-Cola, bebía 10 litros al día, lo cual le pudo causar arritmias y una severa adicción.
Cada vez es más frecuente que pasen por consulta personas capaces de ingerir entre cinco y siete litros de este tipo de bebidas refrescantes al día. En los países industrializados, cada vez hay más gente que ya no bebe agua, sólo estas bebidas azucaradas, sobre todo extendidas entre los más jóvenes. Es más, no es raro que haya pacientes que expliquen que toman incluso estos refrescos para desayunar