En el Museo de Sovia se eLa pieza, que se encontró en una excavación arqueológica realizada en la localidad de Cuéllar entre los años 1941-1943, procede de la antigua necrópolis “Las Erijuelas de San Andrés” situada fuera del recinto amurallado del municipio que data del siglo IV-V antes de Cristo. La pieza formó parte en el pasado del típico ajuar funerario que se utilizaba tras la cremación del difunto y que, posteriormente, era enterrada en un hoyo excavado en el suelo natural.
El Kernos es una pieza que se utilizaba especialmente durante los ritos funerarios, los textos clásicos señalan que algunos de estos vasos eran utilizados para recoger ofrendas, como hierbas y leguminosas, utilizadas en especial en cultos de carácter mistérico (donde también servían para recoger sangre de sacrificios) y de deidades infernales. En el contexto céltico se relaciona este tipo de recipientes con ofrendas en cultos de antepasados y cultos de deidades de la tierra.
El Kernos de Cuéllar tiene unas medidas de 12 centímetros de diámetro y 7,5 centímetros de altura, fue encontrado en una tumba cuyo ajuar se relaciona con la de un agricultor-ganadero, pues en el ajuar también apareció una hachuela de doble boca y una tijera de esquilar.