En Corea del Sur, se ha desarrollado un proceso que convierte las cenizas de un fallecido en pequeñas cuentas semejantes a las de un cristal.
El fundador de Bonhyang, que en coreano significa “regreso a casa”, la empresa funeraria que ofrece estos servicios, ha señalado que este tratamiento de las cenizas permite resolver el problema de los parientes que no desean quedarse con una urna de cremación en casa.
¿Cómo convierten las cenizas en cuentas?
El proceso de convertir las cenizas en cuentas dura aproximadamente dos horas. En primer lugar, las cenizas se colocan en una máquina que transforma los restos en un polvo muy fino. En una etapa posterior, el polvo es calentado a altas temperaturas y se les da forma de pequeñas cuentas.
El color y la densidad de cada una de las cuentas varían en cada caso. Los colores pueden abarcar desde el azul o topacio hasta el gris y el negro.
Este tratamiento de las cenizas ha recibido muchas críticas en Corea, porque se requiere de una mayor manipulación de los restos de los fallecidos, lo que se considera un acto irrespetuoso.
No obstante, sus clientes son sus mejores defensores. Además, la apariencia final de las cuentas tranquiliza a los familiares de los fallecidos.
Una solución a un problema común
En Corea del Sur el costo de las sepulturas en los cementerios ha aumentado desde finales de la década de los 90. Esto se debe a que hay escasez de terrenos disponibles para la construcción y desarrollo de espacios de uso urbano en el país, incluyendo los cementerios.
Desde esta época, los servicios crematorios cobraron un auténtico auge. Según el gobierno coreano, aproximadamente un 70% de los fallecidos durante el 2010 fueron cremados. Esta cifra duplica la tasa de hace 10 años. Mientras que algunos coreanos sepultan las cenizas —los que pueden cubrir este gasto—, otros almacenan las urnas de cremación en sus casas o en mausoleos familiares.