Descubiertas momias de niños de hace más de 5.000 años, en Egipto
Los mayas no consideraban la muerte como el fin definitivo de la existencia, sino que creían que el alma de quien moría se trasladaba al inframundo.
Este otro mundo se ubicaba en las entrañas de la Tierra, de ahí que en esta cultura tuvieran gran importancia los cenotes y cuevas sumergidas en el agua, elemento que simbolizaba el renacimiento, y también el origen de la vida, donde se enterraban los restos de aquellos que eran sacrificados en honor a los dioses.
Descubriendo el inframundo: sacrificios y rituales
Guillermo de Anda Alanís, profesor e investigador del inframundo maya, se ha dedicado a explorar 60 cenotes y a analizar los huesos hallados en una cueva en Chichén Itzá.
El objetivo de su trabajo era saber si la mayor parte de los sacrificios humanos que realizaban los mayas involucraban doncellas. Luego de 3 años de estudio, descubrió que esto no era así. El 80% de los restos óseos procedentes del cenote de Chichén Itzá eran de niños, que presentaban marcas de cortes y exposición al calor, lo que indicaba que habían sido objeto de los rituales mayas.
Por otra parte, estos estudios han arrojado otros datos de interés, como por ejemplo el hecho de que no todos aquellos que eran sacrificados durante las ceremonias rituales eran arrojados en las cuevas subacuáticas. También se encontraron depósitos de huesos, resultado de rituales funerarios.
Las cuevas subacuáticas
Además, entre los restos óseos de la cueva subacuática de Chichén Itzá se encontraron algunos con huellas de raíces. Esto quiere decir que los mayas también realizaban entierros en la superficie, inhumaban los cadáveres y después los arrojaban a los cenotes o cuevas.
También fueron descubiertos esqueletos que por su posición evidentemente no habían sido arrojados. Esto hace pensar que los mayas se sumergían para colocarlos allí. Según investigaciones documentales, durante los siglos IX y X, los niveles de agua en los cenotes de la época habían bajado lo suficiente como para que los mayas pudieran realizar sus rituales fúnebres y ofrendas a los dioses del inframundo sin mayores dificultades.
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