Ed Whitlock, de 81 años es capaz de terminar la maratón en 3h 15′. Tras jubilarse como ingeniero de minas, empezó a entrenar hasta convertirse en un maratoniano prodigioso, el gran dominador de la especialidad entre los mayores y especialista en romper las fronteras físicas.
Pero lo más curioso de la historia de Ed Whitlock, además de sus récords, es el lugar que escoge para entrenarse: el cementerio de Milton, una localidad próxima a Toronto y rodeado de bellezas naturales, caminos rurales, suaves colinas, todo un entorno ideal para entrenarse al aire libre
En el cementerio de Milton, corre a diario durante horas en un circuito oval de 500 metros que circunda el Evergeen Cemetery. Se trata de una imagen surrealista verle corriendo en solitario, dando vueltas entre las tumbas de sus vecinos. Desde hace 16 años, Whitlock se entrena siete días a la semana, siempre en el cementerio. No se entrena en otras zonas porque odia los vehículos y la compañía: prefiere la silenciosa soledad del camposanto.
Pero pese al lugar tan peculiar que escoge para sus entrenamientos, Ed Whitlock está lejos de ser un lobo solitario: posee una rica vida familiar, es jovial y amable pero eso sí, tremendamente competitivo y de una fortaleza mental incombustible.