Se encuentra en el centro de Berlín, entre la Puerta de Brandeburgo y la Postdamer Platz. Fue diseñado por el arquitecto Peter Eisenman y por el ingeniero Buro Happold. Se trata de una cuadrícula formada por 2.711 bloques de hormigón de diferentes alturas, que permite que los visitantes elijan su camino de entrada y salida.
Desde el sureste del monumento, se puede acceder a un espacio subterráneo en el que se ubica el centro de información. La visita al centro de información, comienza con un repaso a la política nacionalsocialista de exterminio llevada a cabo entre 1933 y 1945.
En la siguiente parte de la exposición, se pueden leer los testimonios de algunas personas además de la historia de diferentes familias antes, durante y después de la persecución.
Una de las salas más impactantes, es la que muestra sus paredes cubiertas con los nombres y años de nacimiento y muerte de las víctimas del holocausto. La lectura de los nombres y biografías de la forma en la que se presentan, podría durar más de 6 años.
El Monumento al Holocausto provoca una gran diversidad de opiniones entre sus visitantes. Para algunos, es una experiencia impresionante recorrer los pasillos rodeado por losas más altas cada vez, para otros un lugar de visita obligada para turistas