Tres mil años antes de Jesucristo, el valle del Nilo vio nacer una de las más importantes civilizaciones del mundo. Los faraones consiguieron muy pronto extender su soberanía sobre grandes territorios. Las primeras dinastías ya ejercían su dominio sobre poderosos reinos, como lo demuestran las pirámides de Cheops, Kefrén y Micerino se hicieron construir cerca de gizeh. El Antiguo Imperio egipcio brillaba asimismo por la riqueza de su escultura. Conocemos gran parte de esta civilización gracias a los jeroglíficos grabados en los monumentos funerarios.
Monumentos funerarios
Podemos preguntarnos por qué los faraones se hicieron construir estos gigantescos monumentos funerarios. Hemos de saber que los faraones se consideraban la personificación de dios. Con la construcción de pirámides querían consolidar y confirmar su divinidad. Zoser, el primer faraón de la II Dinastía, decidió hacerse construir un magnífico monumento funerario en el que sería enterrado. Encargó, pues a Imhoptep, su arquitecto, médico y primer ministro, la construcción de una famosa pirámide escalonada de Saqqarah, situada al oeste del Nilo, no lejos de Menfis, en el Bajo Egipto.
Imhotep se había inspirado en el principio de la mastaba, es decir, un monumento funerario encima de una excavación en la que se dispone la cámara mortuoria. Varias mastabas colocadas una encima de la otra hicieron nacer una pirámide escalonada.