El sueño y el descanso son esenciales para mantener la buena salud y el bienestar emocional, durante las horas de sueño nuestro cuerpo tiene la posibilidad de recobrar energía, regenerar células y reparar tejidos. La falta de sueño puede causar disminución del rendimiento intelectual, problemas de memoria y alteraciones en el estado de ánimo como irritabilidad y depresión.
Cada persona tiene necesidades de sueño diferentes, los adultos sanos por lo general necesitan un promedio de 8 horas diarias de sueño, sin embargo algunas personas con 6 horas pueden funcionar bien y otras en cambio pueden necesitar un promedio de 10 horas. Suele pensarse que las personas mayores duermen menos, pero en realidad necesitan la misma cantidad de horas de sueño lo que ocurre es que es más difícil mantener el sueño durante las 6 u 8 horas seguidas.
Lo más importante es que además de dormir las horas necesarias, podamos tener un sueño de calidad y reparador, que nos permita recuperar la energía física y cerebral. Esto puede lograrse mejorando nuestros hábitos y rutinas a la hora de dormir:
· Mantener un horario regular para irse a la cama y para levantarse puede ayudar a que el cuerpo tenga un ritmo biológico estable. Sobre todo las personas que tienen problemas de sueño, deben tener mayor constancia con los horarios para dormir y despertarse.
· Ducharse con agua tibia antes de irse a la cama, contribuye a que nuestros músculos se relajen, y el cambio en la temperatura corporal puede ayudar a inducir el sueño.
· Hacer actividades tranquilas y relajantes en las horas previas a irse a la cama, por ejemplo escuchar música tranquila. Evitar el uso de aparatos electrónicos como ordenadores, consolas de video juegos, entre otros, ya que por lo general tienden a activarnos física y mentalmente.
· Puede ser aconsejable analizar las condiciones ambientales de nuestra habitación, para hacer los ajustes necesarios que nos faciliten el descanso: temperatura, ventilación, ruidos, comodidad de la cama y/o el colchón, iluminación, etc.
· Hacer ejercicio físico regular puede ayudarnos a dormir mejor, eso sí, procurar no hacerlo muy cerca de la hora de irse a la cama.
· Evitar el consumo de sustancias que activen nuestro sistema nervioso y afecten la posibilidad de conciliar el sueño: cafeína, alcohol y tabaco.
· Evitar consumir mucha cantidad de alimentos o hacer comidas pesadas cerca de la hora de dormir, ya que esto interfiere con el buen descanso. Es preferible hacer cenas ligeras, un par de horas antes de irse a la cama.
· Preferiblemente intentar despertarse sin usar la alarma del despertador y si es necesario usarla, procurar que no tenga un sonido muy fuerte y estruendoso.
Estás pautas generales pueden ayudar a lograr un mejor descanso y prevenir los problemas de sueño. Cuando no dan resultado y nota que la dificultad para conciliar o mantener el sueño persiste, es necesario consultar con un especialista que pueda evaluar bien las posibles causas e indique el tratamiento adecuado para el caso en particular.