A unos 700 kilómetros al sur de El Cairo, en la ciudad de Luxor, se ha descubierto un cementerio que se encontraba oculto en el templo funerario de Amenhotep II. El hallazgo se produjo durante los trabajos de limpieza y excavaciones llevados a cabo por arqueólogos italianos en el templo funerario de Amenhotep II, séptimo faraón de la Dinastía XVIII de Egipto que reinó entre 1427 y 1401 A.C., en la orilla occidental del Nilo.
La tumba de este faraón está emplazada al fondo de un wadi (cauce seco) que desemboca en el centro del Valle de los Reyes, lejos del sepulcro del padre de Amenhotep II, Tutmosis III.
Fue descubierta en 1898 por el arqueólogo Victor Loret,y además de la momia de Amenhotep II, también se encontraron restos de otras momias, y por lo que se sabe que la tumba de Amenhotep II había sido habilitada en la Antigüedad como escondite para proteger de los saqueadores varias momias faraónicas.
Cada tumba de este cementerio ahora descubierto, contiene un pozo que conduce a una habitación, donde se enterraba el difunto y donde fueron encontrados restos de ataúdes de madera con inscripciones y dibujos en rojo y negro.