Un cuarto de la población padece insomnio, aunque si se siguen los criterios diagnósticos en los que se incluye la presencia de síntomas durante el día como fatiga o irritabilidad, se estima que este trastorno lo padece alrededor del 6-8 por ciento de la población.
El grupo de población en el que la incidencia de insomnio es mayor es el de las mujeres y en mayor medida cuanta más edad se tiene. No obstante, si bien el sueño se deteriora con la edad en el sentido de que se fragmenta y se hace más ligero y la edad es un factor de riesgo para presentar insomnio, éste no es un trastorno que aparezca por el hecho de ser mayor, sino que normalmente es secundario a otra enfermedad, sobre todo a la depresión, o a la polimedicación por otras patologías, algo muy frecuente en personas mayores.
Cuando el insomnio no va ligado a otra enfermedad, se denomina insomnio primario, y adoptar una serie de hábitos os puede ayudar a combatirlo:
– llevar unos horarios de sueño regulares
– tener un buen colchón
– no tomar estimulantes, ni ingerir bebidas alcohólicas
– realizar ejercicio físico de forma regular (y nunca justo antes de acostarse)