Los registros que maneja la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), correspondientes al año 2009, reflejan que 1.438 personas de más de 65 años fallecieron por una caída, lo que supone el 25% del total de muertes accidentales anuales en ese rango de edad.
Cuando uno cumple años se empieza a mover más lentamente y a medida que envejece tiene más posibilidades de sufrir Parkinson, demencia, artrosis o problemas visuales o auditivos, entre otros trastornos, que aumentan el riesgo de perder el equilibrio. Pero además de estos problemas físicos, los ancianos deben superar muchas barreras arquitectónicas, y admitir que los reflejos se pierden con la edad.
Los estudios epidemiológicos indican que uno de cada tres ancianos se cae al menos una vez al año.Hay que concienciar a la población mayor que las caídas son un importante problema de salud y que existen especialistas dedicados a prevenirlas y tratarlas.