Una estudiante mexicana de la Universidad Iberoamericana, que cursa la carrera de Diseño Industrial, ha diseñado un ataúd, que fabricado con cartón y resinas, materiales que no dañan la tierra, evita la contaminación del suelo, y reduce los costos funerarios. El féretro simula la forma de un pequeño submarino, y por los materiales con los que está fabricado, se podrá tanto incinerar con el cadáver, como depositar en una fosa sin cemento, porque se desintegra de forma natural
A esto hay que añadir su precio, que ronda los 250 euros, y se está valorando la forma de reducir mucho más el coste de este producto natural para convertirlo en un servicio asequible para todos los públicos.
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