Según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, la astenia primaveral no es una enfermedad, sino un trastorno adaptativo, motivado por el cambio de estación y de hora, y el aumento de la luminosidad”.
En cuanto a las alteraciones que pueden producir en los afectados, señala que éstas son “pequeñas” y que tienen “un componente físico y psicológico”. Las primeras están focalizadas en “cansancio y dificultad para dormir”, mientras que las psíquicas están originadas por el cambio de temperatura, ya que “el calor puede alterar un poquito”, y por la luminosidad, que provoca irritabilidad y falta de iniciativa.
Para combatirla, hay quienes se lanzan a la farmacia en busca del complejo vitamínico milagroso que les devuelva la energía, aunque la receta infalible, además de económica, es descansar entre 7 u 8 horas durante la noche, tener un horario regular de comidas y hacer ejercicio. ¡Practicar un estilo de vida saludable es lo único realmente efectivo!