El Cementerio de El Cairo no alberga solamente restos humanos, sino también miles de personas que viven en los recintos mortuorios, todo ello hace que lo que debiera ser un espacio de homenaje, se convierta en un lugar donde la realidad obliga a muchos cariotas a instalarse en las tumbas.
Al visitar Qarafa, la majestuosidad de los edificios y las ornamentaciones pasan a un segundo plano en comparación con el desolador paisaje que aparece.
La insólita convivencia entre vivos y muertos ha convertido este cementerio en una animada ciudad, con cafés, tiendas y mercados. Unas 20.000 familias conviven entre los muerto, la gran mayoría de ellos llevan allí años, son los responsables de convertir esta necrópolis en toda una metrópolis, donde sus habitantes han creado puestos ambulantes de comida y café, han desviado algún tendido eléctrico y se las han ingeniado para que llegara el agua, pues hasta hace bien poco ni siquiera contaban con las necesidades básicas. De hecho, el hedor de la basura aún se puede percibir en el ambiente, pues no tienen sistema de alcantarillado.
En la actualidad hay un proyecto, El Cairo 2050″, que para dar una nueva imagen de la ciudad, pretende el traslado de los muertos de esta necrópolis, a nuevos cementerios, mientras que las tumbas de valor histórico pasarán a formar parte de este nuevo parque, que pretende convertirse en una gran zona verde.
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