Un anciano albanés ha recurrido a un método un tanto escabroso para lograr que su familia le fuera a visitar, y con motivo del día de su cumpleaños colocó una esquela en un periódico en la que anunciaba su fallecimiento.
Para hacer más creíble la noticia de su deceso, Hajdar Lila, ciudadano de Fushe-Kruje, una pequeña localidad cercana a Tirana, colgó además en la calle carteles con el anuncio necrológico, con su foto y datos personales.
El anciano había pasado muchos años viviendo en Grecia y Canadá. Recuerda con nostalgia aquellos años cuando sus familiares y amigos se mostraban muy amables con él, pero aparentemente solo por el dinero y regalos que les enviaba desde el extranjero. “Mientras estuve en Canadá ayudé cuanto pude a todos con dinero. Yo tenía muchas ganas de volver a mi patria y vivir con mis seres queridos. Pero ahora que estoy aquí, no me queda dinero y nadie me hace caso”, se lamenta el anciano.
Esfuerzo en vano
Ni siquiera este último aunque tétrico esfuerzo por reunirse con sus familiares tuvo una gran acogida, pues solo su hija mayor acudió a su casa, claro que no para celebrar su cumpleaños, sino para asistir a la presunta ceremonia fúnebre.
Tras esta experiencia ha dejado un claro mensaje para el día de su muerte verdadera, que no aceptará a nadie en el cementerio, con excepción del sepulturero. “A la gente hay que respetarla mientras esté viva: muerta ya no sirve”, indicó el anciano con rabia al diario.