Dormir mal o no descansar lo suficiente provoca la misma respuesta de nuestro organismo que ante una situación de estrés, activando el sistema inmunológico. Esta respuesta permitirá desvelar los mecanismos moleculares que ayudarán a describir el papel que juegan en los trastornos de salud asociados con los problemas crónicos de sueño.
La falta o problemas de sueño están directamente relacionados, con un mayor riesgo de padecer determinadas enfermedades o trastornos de la salud, tales como problemas de diabetes, obesidad o hipertensión. Por su parte, un sueño reparador preserva el buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico.
La privación de sueño es un factor de riesgo para nuestro sistema inmunológico ya que puede acelerar su deterioro. ¿Cómo? La respuesta está en que ante la falta de sueño nuestro cuerpo reacciona exactamente igual que ante una situación o episodio de estrés.
Aunque pueda parecer que activar el sistema inmunológico no es perjudicial, sí lo es, ya que algunos trastornos de la salud están directamente relacionados con un aumento de la actividad del sistema inmunológico, un aumento que además no se produce en condiciones normales o saludables, ya que es la reacción ante un problema, en este caso, la falta de sueño. Así, los especialistas e investigadores también recuerdan que el sistema inmunológico juega un papel esencial en otras enfermedades como la artritis, el lupus o la esclerosis.
Los resultados obtenidos no dejan lugar a dudas: la falta de sueño altera y desorganiza a nuestro sistema inmunológico, siendo los glóbulos blancos los que pueden dar la voz de alarma. El siguiente paso, tal y como apuntan los autores del estudio, es detallar y analizar las consecuencias que tienen a largo plazo para el cuerpo los continuos cambios y horarios de sueño, por ejemplo, por cambios de turno de trabajo o simplemente por alteraciones del sueño.