Eugènia Salvat Buenaventura
La Tata Uge, así la llamábamos de chicos.
Nos cuido a mi y mis otros tres hermanos en nuestra primera infancia, entró a trabajara en mi casa, en Lima (Perú), cuando yo tenía 15 días de nacidos, y se volvió a España en 1977, pues su salud no era la mejor (tenía asma y el clima húmedo de Lima le afectaba mucho).
Nos dejo un gran vacío cuando se fue, siempre la vamos a recordar, fue como una segunda madre para nosotros.
Tuve la suerte de frecuentarla años después, cuando fui a estudiar a Barcelona, y la iba a ver de vez en cuando, y siempre recordaba su vida junto a nosotros.
Descansa en Paz, Tata Uge.
Jorge