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LA JOVEN
Ha fallecido en Cuéllar, el día 10 de enero de 2012, a los 37 años de edad
D. E. P.
Sus padres, Rafael Montero Magdaleno y Ascensión Pura García; hermanas, Elena y Sara; tíos, primos y demás familia:
Ruegan una oración por su alma.
CASA DOLIENTE: Tanatorio Santo Cristo de la Peña, en Cuéllar.
La inhumación del cadáver tendrá lugar hoy jueves, día 12, a las 12.00 de la mañana, en el cementerio municipal de Cuéllar, donde se oficiará un responso por su eterno descanso.
Funeraria Santo Cristo de la Peña
El equipo de Rememori.com quiere hacer llegar a su familia y allegados su sincero mensaje de condolencia, y ofrecerle todos los servicios que ofrece nuestra web, para recordar y homenajear a sus queridos fallecidos.
Raquel, te echamos mucho de menos.Siempre has sido una campeona, nos lo has demostrado, y nos has dado una lección de vida y fuerza. Siempre vas a estar con nosotros. Eres lo mas bonito y dulce que he conocido jamás, y tanto Elena como yo pensamos que eres la mejor hermana del mundo mundial. Reinita, te queremos muchísimo.
Me acabo de enterar Raque (asi te llamaba yo) de que ya no estas entre nosotros y ha sido un mazazo. Ni de lejos me podia imaginar algo asi. Yo estuve contigo varios años en Valladolid y compartimos muchas cosas. Seguro que en esa epoca fui uno de los que mas te quiso. Luego el tiempo como dicen las canciones nos separo y empezamos a perder contacto. De vez en cuando veia tu nombre en la agenda del movil y me entraban ganas de llamarte pero pensaba que ya no tendriamos tantas cosas en comun y que seriamos un poco como extraños. Como me arrepiento de ello. Te hubiera dicho que fuiste una persona muy importante para mi esos años (quiza la que mas) y que no los cambiaria por nada. Te hubiera perdido perdon por fallarte alguna vez y dado las gracias por perdonarme. Hoy se ha ido un trozo de mi.
Querida Raquelica: Me he enterado hoy de que ya no estás entre nosotros. Lo siento mucho y aunque sé que mucha gente habrá dicho lo mismo, me acordaré de tí. Espero de todo corazón que estés con mi hermana, porque tanto ella como tú érais dos seres muy especiales. Siempre con la sonrisa puesta, tan llenas de vida, y ,siempre dando tanto a las personas que queríais que, prácticamente, no teníais tiempo para vosotras. Pero lo que mejor os define es lo poco egoistas que érais, no os oímos quejaros, procurando que todos los que os rodeaban fueran felices.Dando siempre dando, por eso me parece injusto que siempre se vayan las personas que más necesitamos, las que nos hacen sentirnos importantes, las que nos hacen reir, las que llenan cualquir silencio. Las que dan sin esperar recibir. Vuestros ojos, que transmitían sólo sentimientos. Fué un placer conocerte y siento no haber sabido nada, quizás hubiese podido animarte aunque fuese difícil. Doy mi más sentido pésame a la familia y espero y confío que puedas hacer películas y seas muy feliz allá donde estés. Un beso.
Mi más sentido pésame a su familia y amigos. Fuí compañera suya en Ofita y era una chica estupenda.
Es llamativo cómo a veces nos asalta, nos invade, nos inunda, y nos habita la imagen de un gesto, de un movimiento, de una situación. Irrumpe en nosotros una palabra y una mirada; en definitiva, un rostro. Nos acordamos de alguien. Puede ser que con gusto, con alegría, al menos en principio. Pero pronto ese recuerdo es la ratificación de una distancia, de una separación. No está y sin embargo su ausencia se hace presente. No es una simple nostalgia, es una constatación. Si hay recuerdo es porque en algún modo algo o alguien se fueron. Que tal vez vuelva es estimulante, incluso cabría ser un consuelo, pero recordar es también reconocer que algo ha finalizado, se ha perdido, se ha ido. Que ese alguien se encuentre en otro lugar, por un lado, es un alivio; por otro, una inquietud. Le echamos de menos y, a la par, está en nosotros. Tanto nos pertenece como le pertenecemos. Y, sin embargo, no nos tenemos. En absoluto. Lo notamos. Lo sentimos. No es lo que más nos gustaría, pero es así. Echar de menos no es solo sentir una falta, es constatar que hagamos lo que hagamos cabe la distracción, pero no el olvido. Alguien nos tiene sin poseernos, le tenemos sin poder, sino acariciar su ausencia. Lo notamos con intensidad, pero no está. Ahora bien, en la palabra acuerdo está la palabra corazón. El recuerdo tiene siempre también una connotación afectiva. Y nos gusta. No es una simple repetición, es una reiteración, un modo de reactivar algo, de revivirlo. Se trata de que llegue a ser una rememoración. Quizá hayamos de tornar ese recuerdo en memoria, lo que supondría no una simple añoranza del pasado, sino muchas posibilidades latentes y vivas, y algún porvenir. Acordarse de alguien es asociarse con él o con ella de modo singular, es una conmemoración. En la noche, un recuerdo irrumpe en silencio. Nos adormilamos al susurro de las palabras que alguien no nos dice. Amanecemos en brazos que no están. Y, sin embargo, no todo es un espejismo. Algo nos enlaza, nos vincula, algo que no es precisamente menos real que una ausencia. Podríamos intentar denominarlo, pero con palabras tan sencillas que resultarían excesivas. Recuerdo cuando no necesitábamos recordar. Me acuerdo tanto de tí Ángel Gabilondo Un abrazo muy Fuerte Raquelilla!! : )