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D.E.P.Funeral: Día 22 de abril, a las 11:00 horas, en la Iglesia Parroquial de Anayo, Infiesto.
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Lamento sinceramente la pérdida de su familiar. En momentos como este, es difícil encontrar palabras que puedan brindar verdadero consuelo. Sin embargo, la Biblia nos ofrece una esperanza con su promesa de una resurrección. ¿Cree usted en ella? La idea de volver a ver a nuestros seres queridos que han fallecido es muy atrayente, pero ¿es realista? A fin de responder esta pregunta, piense en el ejemplo de los apóstoles de Jesús.
Los apóstoles creían firmemente en la resurrección. ¿Por qué? Al menos por dos razones. Primero, su esperanza se basaba principalmente en el hecho de que su Maestro mismo había sido levantado de entre los muertos. Ellos y luego “más de quinientos hermanos” que estaban en grupo lo vieron resucitado (1 Corintios 15:6). Además, la resurrección de Jesús está bien documentada y era de amplia aceptación, como lo demuestran los cuatro Evangelios (Mateo 27:62–28:20; Marcos 16:1-8; Lucas 24:1-53; Juan 20:1–21:25).
En segundo lugar, los apóstoles habían visto a su Maestro realizar por lo menos tres resurrecciones: una en Naín, una en Capernaum y una en Betania (Lucas 7:11-17; 8:49-56; Juan 11:1-44). La última de ellas, mencionada al inicio de esta revista, fue la de un miembro de una familia muy cercana a Jesús. Veamos con más detenimiento qué sucedió.
“YO SOY LA RESURRECCIÓN”
“Tu hermano se levantará.” Jesús le dirigió estas palabras a Marta, cuyo hermano, Lázaro, llevaba cuatro días muerto. Al principio, ella no entendió lo que quiso decirle Jesús. “Yo sé que se levantará”, respondió, pero pensando que sería en el futuro lejano. Jesús le aseguró: “Yo soy la resurrección y la vida”, y enseguida resucitó a Lázaro. ¡Imagínese la sorpresa de Marta! (Juan 11:23-25.)
¿Dónde estuvo Lázaro durante los cuatro días que estuvo muerto? Él no dijo ni dio a entender que había estado vivo en algún lugar. No, Lázaro no tenía un alma inmortal que hubiera ido al cielo y estuviera disfrutando en la presencia de Dios. Ni Jesús lo sacó a la fuerza de allí para traerlo a la Tierra. Entonces, ¿dónde estaba? Dormido en su tumba (Eclesiastés 9:5, 10).
Jesús comparó la muerte a un sueño del que uno despierta al ser resucitado. Según el relato, dijo: “‘Nuestro amigo Lázaro está descansando, pero yo me voy allá para despertarlo del sueño’. Por lo tanto los discípulos le dijeron: ‘Señor, si está descansando, recobrará la salud’. Sin embargo, Jesús había hablado de la muerte de aquel. Pero ellos se imaginaban que él estaba hablando de descansar en el sueño. Entonces, por lo tanto, Jesús les dijo francamente: ‘Lázaro ha muerto’” (Juan 11:11-14). Jesús le devolvió la vida a Lázaro y lo entregó a su familia. ¡Qué incomparable obsequio les hizo!
Las resurrecciones que realizó Jesús cuando estuvo en la Tierra fueron un anticipo de lo que hará cuando sea Rey del Reino de Dios. * Durante su gobierno celestial sobre la Tierra, les devolverá la vida a los seres humanos que estén dormidos en la “sepultura” de la humanidad, un lugar simbólico. Por eso fue que dijo: “Yo soy la resurrección”. Piense en lo feliz que seremos cuando volvamos a ver a nuestros seres queridos y en lo felices que se sentirán quienes resuciten (Lucas 8:56).
Piense en lo feliz que será cuando vuelva a ver a sus seres queridos
FE QUE RESULTA EN VIDA ETERNA
Jesús le dijo a Marta: “El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir; y todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás” (Juan 11:25, 26). Aquellos a quienes Jesús resucite durante su Reinado de Mil Años tendrán la posibilidad de vivir eternamente, siempre y cuando pongan fe en él.
“El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir.” (Juan 11:25)
Después de hacer tan notables comentarios sobre la resurrección, Jesús le hizo a Marta una pregunta que puso a prueba su fe: “¿Crees tú esto?”, a lo que ella respondió: “Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios” (Juan 11:26, 27). ¿Qué hay de usted? ¿Le gustaría tener la misma fe que Marta en la resurrección? Entonces, el primer paso es conocer el propósito que Dios tiene para la humanidad (Juan 17:3; 1 Timoteo 2:4). Ese conocimiento le dará fe. ¿Por qué no les pide a los testigos de Jehová que le muestren lo que dice la Biblia sobre este tema? Con mucho gusto le explicarán la maravillosa esperanza de la resurrección.
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Los apóstoles creían firmemente en la resurrección. ¿Por qué? Al menos por dos razones. Primero, su esperanza se basaba principalmente en el hecho de que su Maestro mismo había sido levantado de entre los muertos. Ellos y luego “más de quinientos hermanos” que estaban en grupo lo vieron resucitado (1 Corintios 15:6). Además, la resurrección de Jesús está bien documentada y era de amplia aceptación, como lo demuestran los cuatro Evangelios (Mateo 27:62–28:20; Marcos 16:1-8; Lucas 24:1-53; Juan 20:1–21:25).
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“YO SOY LA RESURRECCIÓN”
“Tu hermano se levantará.” Jesús le dirigió estas palabras a Marta, cuyo hermano, Lázaro, llevaba cuatro días muerto. Al principio, ella no entendió lo que quiso decirle Jesús. “Yo sé que se levantará”, respondió, pero pensando que sería en el futuro lejano. Jesús le aseguró: “Yo soy la resurrección y la vida”, y enseguida resucitó a Lázaro. ¡Imagínese la sorpresa de Marta! (Juan 11:23-25.)
¿Dónde estuvo Lázaro durante los cuatro días que estuvo muerto? Él no dijo ni dio a entender que había estado vivo en algún lugar. No, Lázaro no tenía un alma inmortal que hubiera ido al cielo y estuviera disfrutando en la presencia de Dios. Ni Jesús lo sacó a la fuerza de allí para traerlo a la Tierra. Entonces, ¿dónde estaba? Dormido en su tumba (Eclesiastés 9:5, 10).
Jesús comparó la muerte a un sueño del que uno despierta al ser resucitado. Según el relato, dijo: “‘Nuestro amigo Lázaro está descansando, pero yo me voy allá para despertarlo del sueño’. Por lo tanto los discípulos le dijeron: ‘Señor, si está descansando, recobrará la salud’. Sin embargo, Jesús había hablado de la muerte de aquel. Pero ellos se imaginaban que él estaba hablando de descansar en el sueño. Entonces, por lo tanto, Jesús les dijo francamente: ‘Lázaro ha muerto’” (Juan 11:11-14). Jesús le devolvió la vida a Lázaro y lo entregó a su familia. ¡Qué incomparable obsequio les hizo!
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Piense en lo feliz que será cuando vuelva a ver a sus seres queridos
FE QUE RESULTA EN VIDA ETERNA
Jesús le dijo a Marta: “El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir; y todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás” (Juan 11:25, 26). Aquellos a quienes Jesús resucite durante su Reinado de Mil Años tendrán la posibilidad de vivir eternamente, siempre y cuando pongan fe en él.
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Jesús le dijo a Marta: “El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir; y todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás” (Juan 11:25, 26). Aquellos a quienes Jesús resucite durante su Reinado de Mil Años tendrán la posibilidad de vivir eternamente, siempre y cuando pongan fe en él.
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Encontrará más promesas y razones para confiar en ellas en, www jw.org
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